Siempre he sido una persona muy sensible, cuando nació Fabiano mis emociones se intensificaron, de tal manera que me empezaron a afectar fisicamente, empecé a según yo neutralizar estas emociones que me asustaban y un día deje de sentir? no me creen literal las cosas tristes no me ponían tristes y las alegres tampoco me alegraban, es aquí cuando dije ey acá pasa algo como es posible que no pueda disfrutar de la sonrisa de mi hijo, que un nuevo día no signifique nada, y es que crecí creyendo que llorar era debilidad, eres débil por eso no te contamos nada, no puedes con una noticia eran frases que calaron en lo más profundo de mi ser.
Un día llegue por cosas del universo a Mariana una psicóloga holística maravillosa me enseñó que llorar no es malo, que tener sentimientos y emociones tan intensos es parte de las mujeres, que aprender a entender esas emociones y poder tener un equilibrio para que no te desborde, es lo que se quiere, les juro que después de mi primera sesión con ella un dolor de cuello que me había estado torturando por meses y meses desapareció, no volvió más.
Estoy en este proceso de aprender a manejar estas emociones que son tan parte de mi, de mi femineidad, de ser madre, de sentir, de amar, de disfrutar, ahora vamos un paso a la vez...lento pero seguro.........
Ya les iré contando...besitos
Estoy en este proceso de aprender a manejar estas emociones que son tan parte de mi, de mi femineidad, de ser madre, de sentir, de amar, de disfrutar, ahora vamos un paso a la vez...lento pero seguro.........
Ya les iré contando...besitos
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